26 diciembre 2016

Por qué me comí un tronco de chocolate en Navidad (Conocimiento ancestral, misterio y reflexión)

Hace tiempo que soy amigo de los árboles. Tienen sus pies en la tierra, brazos que dan al viento, la frente en alto y siempre crecen hacia arriba. Si hay que buscar ejemplos de buenos muchachos, podríamos observarles. Como símbolo, representan una conexión. Son el mismo símbolo que somos nosotros: seres con los pies en la tierra y que crecen hacia el cielo.

Por lo tanto cada vez que vemos un árbol de Navidad (o la forma de uno), estamos viendo el símbolo de un árbol (o de nosotros mismos); un recordatorio de aquella conexión entre tierra y cielo.

Lo que digo puede parecer tontuelo, pero hágase esta pregunta: ¿Qué sucedería, para nosotros, si no estuviera el planeta tierra? ¿Qué nos sucedería sin el sol ni la luna? Relacionados a los dos planos, árboles y humanos (y tantas otras cosas) somos aquello que se desarrolla en el medio, juntos y revueltos con ellos. Somos “símbolos de estar en el medio (y en su medio)”. Por tanto símbolos de conexión.

Hasta allí es comprensible. ¿Pero por qué demonios un pino? ¿Por qué no un viñedo, un nogal, un manzano?

Lo primero en lo que pienso es que el pino es perenne. Sus hojas no caen en invierno, lo que representaría... bueno, no sé bien qué representaría (lo pensaré con el correr del artículo), pero es bastante alucinante ver a todos los árboles sucumbiendo y el pino, allí en el medio, tranquilo y sonriente.

Entonces busqué la etimología de la palabra pino.


Recordé entonces sobre la Glándula Pineal. Pineal, justamente. Esta glándula es muy importante para los espiritualistas y para diferentes religiones, dicen que es o tiene que ver con el famoso “tercer ojo”, que se activaría haciendo subir la poderosa energía Kundalini hasta el Ajna Chakra, en el entrecejo.

Resulta que la Glándula Pineal tiene la forma de un pino, de allí que le hayan puesto el nombre. Pero hasta hace pocos años se creía que era un remanente inútil de la evolución. Antes de recabar un poco más, llegué a leer un detalle sobre la Glándula Pineal en las aves que me dejó de piedra:

Para la ciencia actual la glándula pineal es todavía una región relativamente inexplorada. Ciertos estudios indican que contiene vestigios de una retina y parece operar como transductor magnético. Las células pinealocitas en muchos vertebrados no mamíferos son similares a las células de la retina (algunos reptiles cuentan con un tercer ojo parietal fotosensible que les permite usar al Sol como compás; las aves son capaces de “ver” el campo magnético a través de fotorecpetores que se encuentran en la glándula pineal).
Djxhemary


by Scienceagogo
Más allá de estas argucias que indican que la glándula evidentemente funciona o funcionó como "ojo", arribé a Wikipedia:


Como pueden observar, la Glándula Pineal está relacionada directamente con la luz. Y si lo está con la luz, lo está también con la sombra. Es decir, con las estaciones.


Las estaciones y la verdadera sombra


Donde los tiempos se pierden, la noche era noche. Era verdadera oscuridad. Los pequeños cambios que se iban dando en la puesta del sol, la salida de la luna, la dirección de los vientos o la fuerza de las estaciones eran, evidentemente, tan perceptibles como importantes para la vida.

Si una simple semilla indica por sí misma cuándo y bajo qué condiciones crecerá mejor, y ese desarrollo supone la alimentación –por tanto la supervivencia, la satisfacción, la alegría– de las personas, es completamente natural que exista un acto de agradecimiento a la semilla, a la planta de la semilla y a la época del año.

Además, el animal es rutinario. Si hay alimento todos los días a cierta hora, sin peligro, en un lugar determinado, el animal acudirá. Los humanos, como buenos animales, leímos las estaciones y el comportamiento de los astros directos.

Aunque hoy a millones de personas les parezca sonzo creer en el sol como un Dios, lo hacen desde la comodidad –rutinaria, claro– de otra creencia: creer que su supervivencia ya no depende del sol. Se olvidaron, simplemente no lo tienen en cuenta. En cambio, aquellas personas que prendían un fuego para calentar la casa sabían que a un metro de la puerta de entrada, en la noche de verdad, acechaban las peores bestias posibles.

En este contexto, los cambios de estaciones eran vitales. Vitales y populares. Esta popularidad se fue ajustando en aquellos días especiales y obviamente las conductas eran igualmente especiales. A veces con mucho festejo y otras sin tanto: los solsticios.

En el Hemisferio Norte, el solsticio del 21 de Diciembre indica el inicio del invierno y la noche más larga, lo que también indica que es el momento exacto donde las horas de la noche comienzan a decrecer. Es decir, donde el día le empieza a ganar a la noche. Donde los árboles, de manera imperceptible, renacerán en sus hojas. Salvo el el pino, claro. Imponente, tranquilo y omnitemporal. Otra vez, siempre allí: el pino.

Lo perenne, lo que nunca muere

Un árbol que manifiesta su inmortalidad en pleno invierno es evidentemente un símbolo poderoso, porque también simboliza que se puede renacer.

En la mitología nórdica el fresno perenne o fresno del universo es el mismísimo "Árbol de la vida" o Yggdrasil, que conectaba bajo mundo - tierra media - cielo.

El concepto de un árbol de la vida, por tanto un árbol conector, está generalizado en las mitologías del mundo.



Por eso, cuando la Navidad pasó a ser la “celebración oficial” de los últimos días de Diciembre en Occidente, en realidad no se impuso una tradición sobre otra, sino que se juntó y conglomeró todo aquello que se festejase (o alguna vez se hubiera festejado) alrededor del solsticio, ergo, toda la simbología histórica.

Al ser el pino un símbolo tan fuerte, resulta lógico que este árbol se encuentre presente en la resultante Navidad. ¿Cómo convive con nosotros el pino en la Navidad? Pues como "Árbol de Navidad", es decir, de manera casi idéntica a como lo festejaban los germanos paganos, entre ellos los vikingos.

En nórdico antiguo se conoció como júl o jól y se trataba de un festival que duraba alrededor de doce días; una fiesta dedicada a la familia, a los parientes y amigos ausentes y a la fertilidad. Se trata de una celebración que se pierde en los albores del tiempo ya que las referencias históricas más antiguas alrededor de esta palabra las encontramos en los primitivos nombres germanos que designaban los meses; Jéola, que significaba “antes de Yule” y Aeftera Jéola, que significaba “después de Yule”.
Thevalkyriesvigil

La gente adornaba sus hogares con los árboles como símbolo de renovación, esperanza y retorno. Recuerden: cuando las noches eran noches opresivas de verdad, un símbolo de resurgimiento y de potencia eterna dentro de la casa resulta, como poco, una alegría espiritual.

Por eso el árbol es un pino o un abeto, y viviendo en el Reino Unido también he podido observar los clásicos adornos que se realizan con muérdago y madreselva (también perennes).

En aquellos días de hospitalidad y algarabía por el inminente triunfo de la luz, las personas llevaban adelante distintos tipos de rituales y actividades (como sucede en Navidad con los fuegos de artificio, Papá Noel (Santa Claus), los crackers, el pesebre (o Belén), el pavo, etc.), entre ellos uno que llamó especialmente mi atención: El leño de Yule (Yule log).

by Mystoryofhistory
Encendían el leño de Yule; un grandísimo tronco que tenía que arder durante toda la noche y alumbrar la velada y la reunión. La creación de luz y calor a través del fuego, si bien se mira, era también un símbolo de certeza sobre lo que ocurriría con la luz de los días a partir de allí; era entonces un símbolo funcional (por eso también debía “ganar” la batalla y no apagarse durante la noche).

Al siguiente día, las cenizas se esparcían por los campos, bajo la creencia de que así se harían fértiles y darían buenas cosechas en el año entrante.

Este leño de potencia creativa, intencionado y fuerte, dejó de ser aquel símbolo y devino con el correr de los tiempos en un mero dibujo de aquel poder: un dulce con forma de tronco, usualmente de chocolate. Como vivo en una caravana (casa rodante) en el medio del campo, decidí que la mejor idea era aceptar una tragantona (y un eventual dolor de barriga) a prenderme fuego y abrasarme con el Yule log en los 50 cm. que son la sala de estar.

Y por eso me comí un tronco de chocolate en Navidad.
Buen provecho.


17 diciembre 2016

A line (original song lyric)

You will have noticed the absence
of a familiar name,
countless shows put down
her pen.

Her ballpoint review was in April 83,
and then the paper wrote itself.

So save her time and trouble,
her mother used to play the piano.
She doesn´t like the Lions,
however for many years
she merely depends of gloom,
she gave them the best idea
in her daily pray.

You, may be, as always you do,
forgot pretty surnames,
in the border of the stones
is blur.

Her silly little world explode at 23,
and then the life pass trough.

So save her time and trouble,
her mother used to play the piano.
She doesn´t like the Lions,
however for many years
she merely depends of gloom,
she gave them the best idea
in her daily pray...
in her pen of doom.

by Victor Montero

Photo by James Almond

16 diciembre 2016

De nuestro espejo (microrrelato)

Lo primero han sido tus gestos, tu mirar brillante y preciso, la flecha que mis ojos nunca pueden desviar. Lo segundo es el puente de hidromiel que nos conecta, lo que dice tu boca y la mía, lo que ven tus ojos y los míos e incluso el aire que respiramos, que es el mismo. Lo mejor de ti son los estallidos profundos de alegría, donde palpitamos como niños y jugamos y temblamos hasta caer rendidos. Lo mejor de ti es cuando sujetas la confianza con ambas manos y me miras, así nos miramos los dos. Ver juntos danzar a los pájaros sobre la vera del río es volar con ellos, mientras nos vemos debajo, en el reflejo del agua sincera. En cambio aquí estás justa, impoluta, perfecta, enmarcada entre los límites que yo también tengo. Un día te buscaré y habrás desaparecido, y ese día también yo.

Photo by Belén Sánchez

15 diciembre 2016

Lo que hace un argentino y lo que hace un inglés - Blog de viaje por Argentina

Esta es una entrada de mi BLOG de VIAJE

Tengo un primo que canta en una banda de música en Argentina. Lo hace bien, con los recursos y vicios simples de quien no ha ido a clases de canto. El argentino es un tentado a que su hobbie se desarrolle a lo largo del tiempo y no exprimirlo para ver qué sucede, muy por el contrario del inglés.

El inglés se aferra a sus hobbies como si se le fuera la vida en ello: practicando deporte, caminando por el campo, haciendo jardinería, ciclismo en las sierras, aprendiendo a tocar un instrumento musical, lo que sea. Se dirige allí donde se supone que le enseñarán.

El argentino es un ser familiero, que aprende primero por contagio y después por inercia. Luego, pasado un tiempo variable, buscará mejorar adentrándose en los foros adecuados, tal vez no. Muchas veces, cuando comprende que aquel hobbie es lo que le gustaría hacer el resto de su vida, es demasiado tarde para volverse un profesional del hábito.

Al inglés le encantaría ser un profesional en lo suyo. Es en lo primero que piensan cuando comienzan una nueva actividad. Luego poseen más chances de dedicarse a ello, pues aunque crean fervientemente en la existencia de un “don” (gift) que viene con nosotros desde antes de nacer (y en esto son iguales a los argentinos), al realizar una práctica intensa y suficientemente motivada, junto a un maestro, sus posibilidades crecen sin parangón.

Caso sin nacionalidad: “Este fin de semana iré con Daniel a jugar al tenis... ¿qué necesitaré?”

Un argentino respondería mentalmente: “Una raqueta –que se la puedo pedir a Osvaldo–, unas buenas zapatillas... y las pelotas las va a llevar Daniel. Si vamos más de tres veces me compro una raqueta.”

Un inglés respondería mentalmente: “Tendría que ir a comprar una raqueta... bah, mejor se la pido a Oswald. Unas buenas zapatillas... y las pelotas las va a llevar Dan. Si vamos de nuevo, me voy a tener que comprar la raqueta. Si me compro una raqueta, unas buenas clases de tenis no me vendrían nada mal.”

El argentino es dualista y vive en el futuro.
El inglés es práctico y academicista.
Cada cuestión con su bolonqui*.

Conviviendo con ello, estoy en medio de una habitación donde las paredes se van cerrando. Me sobra fuerza para aguantarlas, no tengo más fortuna que estos dos brazos que Dios me ha dao*. Eso es lo que aprendí en mi tercer día de viaje.

VM

* Bolonqui: "Quilombo" con sílabas ordenadas al revés.
   Quilombo: Situación donde impera el desorden (jerga Argentina / Uruguay).
* José Larralde. 1969. Hombre.

Photo from www.victormontero.net/blog

10 diciembre 2016

Woodland leaves (original song lyric)

Time to discover your wild side,
doesn't want anyone to miss out.
Winter is coming and theres is so much
so much in the county in November.
You just need to wrap up warm
put on your boots and go wild.

Hedgehogs and frogs
hibernating now
but ladybirds over-wintering
under bark.

Leave the seed heads and fruits
on its plants
put down your foot, make a mark
on the grass.

With the promise of spectacular
autumn knights
I wonder,
through the ancient woodland leaves,
come with me and climb
to the top,
the top of the hills.

And leave the seed heads and fruits
on its plants
put down your foot and make a mark
on the grass.

by Victor Montero

Photo by Sharon Mollerus

05 diciembre 2016

Camino de hormigas (microrrelato)

Una vez puse un palo en un hormiguero y construyeron alrededor. Recuerdo dejar caer un cuenco de agua y lo volvieron a hacer, reconstruyeron todo. Luego lancé un balde de aceite sobre la superficie completa del edificio y las vi correr hacia zonas mejores. Me percaté, al fin, que todos los seres caminan cuando se ven obligados.

Photo by James Cridland

04 diciembre 2016

Los sueños como fuente de inspiración (artículo sobre literatura y misterio)

Este artículo de mi autoría fue publicado previamente en NOIR Revista Cultural.

Los sueños han sido una tenaz fuente de inspiración en la literatura universal. En su obra La vida es sueño, Calderón de la Barca hace que sus personajes se pregunten constantemente si lo que viven, aún siendo lo más intenso de todo lo posible, es un sueño o es la realidad, y si esta realidad podría, en todo caso, ser un sueño.

Existen miles de ejemplos de relatos que a vista de águila podrían ser productos de los sueños.

“Volvía del trabajo, al anochecer, cansado, casi enfebrecido, cuando se me ocurrió que me gustaría ser un animalillo silvestre, que sabría administrar esa vida simple, limpia de la confusión y el alboroto de las preocupaciones, que podría acomodar con facilidad mi conciencia a ese estado ideal. Como una bendición, alguien, lejos de escamotear mi deseo, me dio la forma de una criatura peluda y diminuta y me soltó en el bosque. Era, como vi después, una vida descorazonadora: no sentía interés por otra cosa que no fuera acarrear alimentos, avariciosa e infatigablemente, hasta mi agujero al pie del tronco de un árbol podrido; los límites de cada territorio desencadenaban continuos litigios entre los habitantes de la fronda; las voces de los pájaros me ensordecían; los parásitos habían invadido mi pelambre; los apareamientos resultaban tan gravosos como los espulgos; y mis ojos revolaban de pánico en sus órbitas cada vez que presentía a los rapaces. Aquel desconsuelo, por fortuna, no duró demasiado. Un día se acercó con sigilo un trozo de oscuridad y, aunque husmeé su hedor a distancia y oí luego las pisadas y los furiosos ladridos, apenas tuve tiempo de entrever sus dientes cerrándose sobre mí.”

Árboles al pie de la cama - Ángel Ogloso

Cualquier rastro de verdadera extrañeza, o mixtura entre realidad y fantasía súbita, podría estar indicando la presencia de la musa de los sueños, o de las pesadillas, por supuesto. El mismo Julio Cortázar estimaba que un veinte por ciento de sus cuentos provenían de las pesadillas.* He aquí la raíz de un problema para los escritores: ¿cómo hacer para recordar los sueños?

Se han escrito muchas páginas al respecto pero el consejo que se repite una y otra vez es el hábito llamado “la primer nota”, que consiste en escribir en una libreta lo que se recuerde del sueño, apenas la persona se despierte. Según se indica, en los primeros intentos el soñador olvidadizo no será capaz de recordar nada, es habitual, pero con el correr de los días la exigencia mental consciente sumada a la voluntad de “querer recordar” lo que ha sido soñado, le hará ir recogiendo los retazos que cada noche sea capaz de ofrecer.

Hay otras técnicas un tanto más perturbadoras y tal vez por ello más interesantes, como la consistente en quebrantar el sueño exactamente en la fase REM*, es decir, hacer sonar la alarma del despertador cerca de las tres y media o cuatro de la madrugada. Luego del malhumor al abrir los párpados, la tarea será anotar lo que se estaba soñando justo antes de despertar. Se supone que es sencillo recordarlo, puesto que en la fase REM se expone el sueño más profundo y vívido del soñador, y por ello despertar en medio de ese estado significará abrir la tinaja de pandora personal, para observar qué estaba sucediendo dentro.

Sin embargo, la técnica más interesante –y por lo tanto la más terrorífica– es el dominio del sueño. Para el lector de corazón débil, aquí termina el artículo. Usted ha sido advertido.

El sueño lúcido consiste en reconocer que se está soñando, mientras se sueña. Muchas personas despiertan de repente, ya que el mero hecho de descubrirse a sí mismos “conscientes” en medio de un sueño puede resultarles catastrófico, todo un cortocircuito mental para el inexperto. En un sueño la escritura suele ser borrosa y los relojes funcionan de manera extraña. La persona que quiere despertar suele tomar el hábito en su vida cotidiana de leer y estar muy atento a estos detalles. Observa la hora en el reloj, aparta la vista pero vuelve a mirarlo súbitamente, por si acaso. Este tipo de acciones las repite sin falta. Entonces un día (o mucho mejor, una noche) el borde de las palabras no se distingue en los libros, o el reloj cambia la forma de girar. Sorpresa mediante, luego recelo: la persona sabe que está despierto en medio de un sueño.

Para no despertar con un alarido entre las sábanas, existe la llamada Técnica WILD*: pasar desde la fase de vigilia directamente al estado de sueño lúcido.

“Si después de relajarte ves puntos de colores, rayas o imágenes que pasan por tu campo visual, entonces puedes aprovechar estas imaginería del "estado hipnagógico" (entre la vigilia y el sueño), y enfocar ligeramente tu atención en las imágenes que se te presentan. Como en todas las técnicas atencionales, debes adoptar el papel del "testigo", que observa en silencio pero no se involucra. Después de un tiempo estas imágenes o punto irán desarrollándose hasta formar escenas completas. Cuando se tornen extremadamente "sólidas" o "reales" esta escenas, sencillamente "entras" al sueño y de repente te encuentras en el mundo onírico.

Si lo anterior no funciona (muchas personas no ven imágenes ni puntos), puedes contar mientras te quedas dormido, por ejemplo hasta 100, y cuando llegues a ese número, enuncias "estoy soñando", y verificas mirando a tu alrededor por si efectivamente lo estás. Si no estas soñando, repites, y verificas nuevamente. “Contar" es una técnica de meditación usada en diferentes tradiciones.

Otra opción para mantener la atención es fijarla en las sensaciones del cuerpo. Después de un buen rato, comenzarás a sentir la sensación de estar "flotando", y puedes experimentar unas extrañas vibraciones por todo tu cuerpo; señal de que estás cerca. Relájate entregándote a estas vibraciones, y cuando la experiencia llegue a gran intensidad te verás inserto en una escena dentro de un sueño, o puede que tengas una experiencia tipo OBE* o fuera del cuerpo; si esto llegara a suceder deberías intentar "salir" de tu cuerpo, hacia arriba o rodando hacia el costado, para luego salir de la cama usando el cuerpo mental u onírico.”*

Parece complejo. Tal vez incontrolable. ¿Hasta dónde llegar buscando la inspiración literaria? ¿Dónde se encuentran las musas?

NOIR Revista Cultural N° 17 Junio 2016
Referencias
* Julio Cortázar y Omar Prego Gadea. La fascinación de las palabras.
* Fase REM: Rapid Eye Movement (movimientos oculares rápidos).
* Técnica WILD: Wake Induced Lucid Dream (sueño lúcido inducido desde la vigilia).
* Experiencia OBE: Out of Body Experience (experiencia extracorporal).

03 diciembre 2016

El gato en el microondas (Leyenda urbana)

Muchas veces escuché la historia de la mascota cocida y muerta en el microondas. La que a mí me contaron involucraba a una anciana que no comprendía muy bien el funcionamiento del aparato. Tiempo después escuché sobre otra anciana que había introducido a su gato en una secadora de ropa y también sobre un niño que hacía la misma operación. Estuve rastreando la leyenda urbana.

La más común de estas historias se remonta a Windhoek, South Africa.

<< El subastador Gerry Heij cuenta la historia de una mujer en shock que le llamó por teléfono queriendo vender el horno microondas. "La anciana maldecía a la tecnología moderna porque su querido gato había muerto en el aparato. Ella explicó que su mascota se había mojado tanto en la lluvia que le pareció buena idea secarlo rápidamente en el horno.
Ella introdujo al gato, ajustó el indicador en "descongelar" y lo encendió.
El pelo del gato se levantó inmediatamente y diez segundos después el animar explotó."
El subastados limpió los pelos y vendió el horno por 150 rands. >>

Son miles de historias similares que se pueden encontrar, con diferentes nombres, subastadores, personajes y fechas. La inclusión de la figura del subastador en el relato me hace sospechar de un agregado a posteriori de la historia original, por la necesidad a la que se debe toda leyenda urbana de sostener su fuerza en las figuras de autoridad. En este caso, en lo que respecta a un aparato eléctrico, qué mejor autoridad de "apoyo a la credibilidad de la historia" que la persona que los vende con nombre y apellido, cuando en realidad el gérmen del relato podría diseminarse tranquilamente de boca en boca (sin la existencia de un subastador que asegure lo ocurrido).

Estos son grandes indicios de que estamos ante reportes de leyenda. Aunque tal vez haya ocurrido un primer incidente, la mayoría de los casos subsiguientes son meras remanencias y no responden a hechos verídicos sino al ánimo de horror que causa en las personas imaginar al gato explotando en el microondas.

En el periódico Cape Argus de Cape Town, South Africa (6 Mayo 1988) se indicó que un subastador contaba esta "ya muy conocida historia" como parte de su fraseo y técnica de venta; y un periódico local lo tomó y publicó equivocadamente como noticia.

Apenas los microondas estuvieron disponibles para el uso cotidiano, la historia siempre comenzaba así: "Una mujer que, tras un lavado, siempre había secado a su mascota al calor del horno convencional, un día su hijo le regaló para navidad un horno microondas." A veces es un niño quien introduce la mascota, como una de las versiones que escuché.

Arsenio Hall, en su personaje Chunky A. alude a esta leyenda en la canción "Sorry" (Album Large and in Charge), un rap humorístico.


Photo by Brian Ochalla

02 diciembre 2016

La ruina (traducción de un poema tradicional vikingo)

Cuan temible es esta vieja pared
aplastada y retorcida por el tiempo,
de la ciudad edificios destruídos,
obra de gigantes muriendo.

Torres abatidas, tejados finos,
viejas puertas derrumbadas.
Cielos que caen y son destrozados
por las manos del destino.

El brillante mesón, el baño de la casa.
Banquetes en el salón alguna vez lleno de risas.
El tiempo acabó con todo.
El tiempo acabó con todo.

Photo by Ann Wuyts