04 diciembre 2016

Los sueños como fuente de inspiración (artículo sobre literatura y misterio)

Este artículo de mi autoría fue publicado previamente en NOIR Revista Cultural.

Los sueños han sido una tenaz fuente de inspiración en la literatura universal. En su obra La vida es sueño, Calderón de la Barca hace que sus personajes se pregunten constantemente si lo que viven, aún siendo lo más intenso de todo lo posible, es un sueño o es la realidad, y si esta realidad podría, en todo caso, ser un sueño.

Existen miles de ejemplos de relatos que a vista de águila podrían ser productos de los sueños.

“Volvía del trabajo, al anochecer, cansado, casi enfebrecido, cuando se me ocurrió que me gustaría ser un animalillo silvestre, que sabría administrar esa vida simple, limpia de la confusión y el alboroto de las preocupaciones, que podría acomodar con facilidad mi conciencia a ese estado ideal. Como una bendición, alguien, lejos de escamotear mi deseo, me dio la forma de una criatura peluda y diminuta y me soltó en el bosque. Era, como vi después, una vida descorazonadora: no sentía interés por otra cosa que no fuera acarrear alimentos, avariciosa e infatigablemente, hasta mi agujero al pie del tronco de un árbol podrido; los límites de cada territorio desencadenaban continuos litigios entre los habitantes de la fronda; las voces de los pájaros me ensordecían; los parásitos habían invadido mi pelambre; los apareamientos resultaban tan gravosos como los espulgos; y mis ojos revolaban de pánico en sus órbitas cada vez que presentía a los rapaces. Aquel desconsuelo, por fortuna, no duró demasiado. Un día se acercó con sigilo un trozo de oscuridad y, aunque husmeé su hedor a distancia y oí luego las pisadas y los furiosos ladridos, apenas tuve tiempo de entrever sus dientes cerrándose sobre mí.”

Árboles al pie de la cama - Ángel Ogloso

Cualquier rastro de verdadera extrañeza, o mixtura entre realidad y fantasía súbita, podría estar indicando la presencia de la musa de los sueños, o de las pesadillas, por supuesto. El mismo Julio Cortázar estimaba que un veinte por ciento de sus cuentos provenían de las pesadillas.* He aquí la raíz de un problema para los escritores: ¿cómo hacer para recordar los sueños?

Se han escrito muchas páginas al respecto pero el consejo que se repite una y otra vez es el hábito llamado “la primer nota”, que consiste en escribir en una libreta lo que se recuerde del sueño, apenas la persona se despierte. Según se indica, en los primeros intentos el soñador olvidadizo no será capaz de recordar nada, es habitual, pero con el correr de los días la exigencia mental consciente sumada a la voluntad de “querer recordar” lo que ha sido soñado, le hará ir recogiendo los retazos que cada noche sea capaz de ofrecer.

Hay otras técnicas un tanto más perturbadoras y tal vez por ello más interesantes, como la consistente en quebrantar el sueño exactamente en la fase REM*, es decir, hacer sonar la alarma del despertador cerca de las tres y media o cuatro de la madrugada. Luego del malhumor al abrir los párpados, la tarea será anotar lo que se estaba soñando justo antes de despertar. Se supone que es sencillo recordarlo, puesto que en la fase REM se expone el sueño más profundo y vívido del soñador, y por ello despertar en medio de ese estado significará abrir la tinaja de pandora personal, para observar qué estaba sucediendo dentro.

Sin embargo, la técnica más interesante –y por lo tanto la más terrorífica– es el dominio del sueño. Para el lector de corazón débil, aquí termina el artículo. Usted ha sido advertido.

El sueño lúcido consiste en reconocer que se está soñando, mientras se sueña. Muchas personas despiertan de repente, ya que el mero hecho de descubrirse a sí mismos “conscientes” en medio de un sueño puede resultarles catastrófico, todo un cortocircuito mental para el inexperto. En un sueño la escritura suele ser borrosa y los relojes funcionan de manera extraña. La persona que quiere despertar suele tomar el hábito en su vida cotidiana de leer y estar muy atento a estos detalles. Observa la hora en el reloj, aparta la vista pero vuelve a mirarlo súbitamente, por si acaso. Este tipo de acciones las repite sin falta. Entonces un día (o mucho mejor, una noche) el borde de las palabras no se distingue en los libros, o el reloj cambia la forma de girar. Sorpresa mediante, luego recelo: la persona sabe que está despierto en medio de un sueño.

Para no despertar con un alarido entre las sábanas, existe la llamada Técnica WILD*: pasar desde la fase de vigilia directamente al estado de sueño lúcido.

“Si después de relajarte ves puntos de colores, rayas o imágenes que pasan por tu campo visual, entonces puedes aprovechar estas imaginería del "estado hipnagógico" (entre la vigilia y el sueño), y enfocar ligeramente tu atención en las imágenes que se te presentan. Como en todas las técnicas atencionales, debes adoptar el papel del "testigo", que observa en silencio pero no se involucra. Después de un tiempo estas imágenes o punto irán desarrollándose hasta formar escenas completas. Cuando se tornen extremadamente "sólidas" o "reales" esta escenas, sencillamente "entras" al sueño y de repente te encuentras en el mundo onírico.

Si lo anterior no funciona (muchas personas no ven imágenes ni puntos), puedes contar mientras te quedas dormido, por ejemplo hasta 100, y cuando llegues a ese número, enuncias "estoy soñando", y verificas mirando a tu alrededor por si efectivamente lo estás. Si no estas soñando, repites, y verificas nuevamente. “Contar" es una técnica de meditación usada en diferentes tradiciones.

Otra opción para mantener la atención es fijarla en las sensaciones del cuerpo. Después de un buen rato, comenzarás a sentir la sensación de estar "flotando", y puedes experimentar unas extrañas vibraciones por todo tu cuerpo; señal de que estás cerca. Relájate entregándote a estas vibraciones, y cuando la experiencia llegue a gran intensidad te verás inserto en una escena dentro de un sueño, o puede que tengas una experiencia tipo OBE* o fuera del cuerpo; si esto llegara a suceder deberías intentar "salir" de tu cuerpo, hacia arriba o rodando hacia el costado, para luego salir de la cama usando el cuerpo mental u onírico.”*

Parece complejo. Tal vez incontrolable. ¿Hasta dónde llegar buscando la inspiración literaria? ¿Dónde se encuentran las musas?

NOIR Revista Cultural N° 17 Junio 2016
Referencias
* Julio Cortázar y Omar Prego Gadea. La fascinación de las palabras.
* Fase REM: Rapid Eye Movement (movimientos oculares rápidos).
* Técnica WILD: Wake Induced Lucid Dream (sueño lúcido inducido desde la vigilia).
* Experiencia OBE: Out of Body Experience (experiencia extracorporal).

No hay comentarios:

Publicar un comentario