24 julio 2017

Día 16: Roto y en mi salsa - Blog de viaje por Argentina

Así despertamos; rotos.

Decidimos quedarnos en lo de la abuela. Tras el día anterior (cerveza - viento - ventilador - calor - mosquito - deporte - calor - cerveza - deporte - gaseosa - viento, en ese orden) mi garganta estaba destrozada. Liberamos la mañana y el mediodía al placer del aire acondicionado. Hay cierto problema sobre todo en Buenos Aires con el aire acondicionado.

Hay unas ganas incesantes de encenderlo y sobrevivir, pero también una solidaridad tácita que es hija de saber que "cuantos más artefactos encendidos haya, mayor es la chance de que se corte el servicio eléctrico." En ese caso, no quedaría ni agua fresca en el refrigerador.

En Dorking, el pueblo británico donde resido, están procurando obtener el planning permition (permiso de plan) para construir un edificio bajo con un sistema de carga y almacenamiento de energía en baterías, ideado y diseñado para, justamente, tener el extra necesario de carga energética llegado el caso. Cuando un inglés me estaba explicando cómo lo iban a construir, una de sus oraciones fue: “... and then you'll have enought energy to save the sudden drop off when the whole town press the button at the same time; like in your country, you know... electrics goes off... but you guys need like “right now” some of this battery storage in Argentina.”

Traducción: “... y entonces tendrás suficiente energía para salvar la caída repentina cuando todo el pueblo aprieta el botón al mismo tiempo; como en tu país, sabes... la electricidad se corta... pero ustedes muchachos necesitan “ahora mismo” algunos de estos almacenes de batería en Argentina.”

El tipo sabía exactamente lo que pasa sobre todo en el verano. Pero por suerte eso no sucedió hoy, así que recién por la tarde y cuando el sol aflojó decidimos que podíamos hacer algo. Cortamos el pasto.


Al rato vino mi tío con mi prima y empezamos a hablar de fantasmas y apariciones. Ah... a mi juego me llamaron. Una mujer de blanco en el cementerio, un niño perdido entre las tumbas, anclajes energéticos en una Chevy argentina como en el caso del coche maldito de James Dean... ¡en mi salsa!

Photo by Bettmann/CORBIS
Blog de viaje por Argentina

Día 16
Ramos Mejía, Buenos Aires
2000° C

22 julio 2017

Día 15: Contento de vivir - Blog de viaje por Argentina


Esos días donde permanecías hablando con tu hermano, con tu primo, con tu amigo hasta bien entrada la noche... tal vez alguna historia paranormal alteraba la madrugada, tal vez alguna historia con una chica... esta noche sucedió exactamente eso. Terminamos durmiendo sobre unos colchones en las esquinas de un taller mecánico. Techo de chapa, mosquitos de verdad, el ruido del ventilador... Había llegado a casa. Al día siguiente, que en realidad es el día del cual estoy escribiendo; asado. Mi primo marchó al sol y allí hizo de las suyas; hacía muchos años que no comía un asado tan rico y legendario. Mientras, leímos el diario con el abuelo y hablamos un montón, una de las últimas cosas que recuerdo hacer con tantísimo gusto junto a mi abuelo.

Pero había algo que solíamos hacer cuando éramos niños sanos y negligentes: jugar a cualquier deporte después de comer. Lógicamente, no pudimos torcer la intuición y comportarnos como adultos en sus cabales, con lo cual a los quince minutos del postre me estaba raspando la rodilla contra un muro para evitar otro gol.

Recuerdo que la cabeza me comenzó a rebotar, el sol pegaba fuerte en el cemento, decidimos entonces acudir a una segunda opción menos aniquiladora. ¿Sentarnos a la sombra a beber una gaseosa? ¿Buscar las cartas y hacer un chinchón? ¿Ver una película mientras comemos helado? No, nada de eso. Ninguna cosa normal. Sí, en cambio, jugar al padle. Seguir haciendo deporte, esta vez bajo techo, para ver si se me pasaba el ardor mental. Seguir corriendo. Una locura. Lo cierto es que funcionó.

Mi primo Jony es heroico en los juegos, es un héroe trágico. Salvo en el fútbol, en donde además es claramente superior. Tiene siempre un halo épico que lo rodea, un movimiento legendario, una jugada de más, una competitividad propia. Él jugó en pareja con Karen, que no tiene ni idea de padle, y yo jugué en pareja con Chris, que tampoco tiene idea de padle pero le pega muy fuerte a la bola. Ganaron ellos. Jony ofreció unos puntos memorables y unas descargas de energía al ir perdiendo que son normales para nosotros, que somos familia y conocemos su épica, pero todavía deben recordarlas algunos de los ojeadores del partido aquella tarde. Místico, extraordinario, nada fuera de lo común para mi primo Jony.


Aquella noche fui para lo de mi otra abuela y volvió Nair con sus tíos y primos. El primo más pequeño había venido todo el viaje durmiendo y allí seguía en el coche. Aún sin saberlo, el niño sabio nos marcó el camino, porque cuando apoyé mi cabeza en la almohada fue hundirme en una hermosa oscuridad, cuerpo extremadamente cansado, sueños y más sueños, contento de vivir.

10 julio 2017

Luna (poema) - Victor Montero

Luna
09/07/2017

¿Puede la luna reflejar más brillante la luz del sol?
¿Puede, siendo hermosa, suave, bella, incendiarse en la noche?
¿Habrá un tiempo que transmute la rotación de los astros?
¿Habrá un tiempo donde la luna parta el cielo por inmensa?

Un día ella no tendrá más noche
que su propio día
será su reflejo
y el mío
en la niebla del presente
imborrable.

La luna
sube sobre la forma de una bota
por confines naturales
y voy en una barca
con ella.

La luna de un domingo de silencio
llena
el ritual de mis manos abiertas
mi ofrenda, las palomas,
los vientos incesantes del norte
me empujan al sur.

Suena una campana
en el primer vuelo de mariposas
que siempre han estado aquí.

Dame un beso, luna,
dame un beso de luna,
viviremos los dos.

Photo from Imgur

05 julio 2017

Día 14: Librerías, sándwiches y River vs Boca - Blog de viaje por Argentina

Photo by M. Beckwith
Por la mañana hice una investigación sobre libros que quería comprar en español y traer para leer, salí al rayo del sol hacia el centro de Ramos Mejía y anduve caminando y comiendo alfajores. Allí iba mi listita y yo.

Me percaté sobre la tirada que tienen en Argentina ciertos tipos de libros, que son hoy en día los cuatro pilares que sostienen todas las librerías del país:
1- Libros hechos por periodistas a favor y en contra de cualquier gobierno.
2- Autores de reflexiones sobre fútbol o periodistas deportivos o futbolistas autores.
3- Mercado de las terapias alternativas.
4- Felipe Pigna.

Algunos ejemplos: periodistas Brancatelli, Majul, Lanata, V.H. Morales; los futboleros Valdano, Tomasi, Fontanarrosa; Un curso de milagros, el camino tolteca, sé feliz con..., tú eres tu propio etc. y Felipe Pigna con Belgrano, San Martín, el Quijote, revisionismo histórico, el cabildo, secretos de..., etc.

Si bajo la vista hacia el diario de viaje, veo un garabato: "Hizo mucho calor hoy en Buenos Aires". Justo debajo, en letras torcidas: "¡Malditas quince cuadras!". Lo recuerdo bien. Ida y vuelta desde la casa de mi abuela hasta el centro de Ramos Mejía. Los alfajores emocionan, pero no suelen refrescar la nuca. Acostumbrado al clima de Reino Unido, me asé.

Por la tarde fui a la casa de mis otros abuelos y me encontré con mis primos allí. Mi madre solía contar historias fantásticas sobre los sándwiches que preparaba mi abuelo, así que fue menester inducirle y reaccionó como sólo un experto en la materia pudiera haberlo hecho: “Rápido, vamos a la fiambrería” dijo tomando las llaves del auto.

Era tanto el conocimiento que mi abuelo tenía sobre el tema que no necesitó mirar en la heladera para ver qué producto faltaba, no tuvo que contar el dinero en su bolsillo, no calculó cuántas personas éramos, ni siquiera espió si había algo de pan. Para sus sánguches, mi abuelo ya lo sabía todo.

Aquella noche de “sábado por la noche” jugaban River y Boca un amistoso de verano. Un simple amistoso de verano con buen fútbol, sin ninguna copa ni torneo en juego, sin presiones de resultado, donde los jugadores se sienten libres de practicar las combinaciones artísticas más vistosas y sutiles. Partido adelante, rompieron a patadas hasta que hubo cinco jugadores expulsados.

Ahí recordé que en Argentina hay que hacerse respetar, que no te pasen por encima, que se sienta el rigor, que "pasa pelota o jugador pero nunca los dos", que no existe ni el amistoso ni la amistad, que "vas a ver a la salida" y patriadas por el estilo.

Por suerte, a las doce de la noche fuimos a comprar cervezas y helado, cosa imposible en España y mucho menos en Reino Unido donde huelga la fiesta organizada. La ilegalidad argentina beneficia la amistad que no hay en las canchas. El amistoso sucedía en realidad dentro del taller de mi abuelo, tomando kilos y kilos (¡litros jamás!) de dulce de leche granizado, riéndonos los primos con anécdotas lejanas. Antes de caer rendidos en un colchón por el suelo, vimos el fantástico corto de los Power Rangers de Adi Shankar.

Así fue como el día de las librerías, el solazo, los legendarios sándwiches de mi abuelo, el criminal River vs Boca y el madrugón con mis primos realmente terminó a lo grande. Go go PR.

En el siguiente post les contaré qué libros me traje!

VM

(Niños, no ver. Gracias)


Esta es una entrada de mi BLOG de VIAJE

Día 13: Palabras de moda en Argentina - Blog de viaje por Argentina

Photo from victormontero.net/blog

Al volver de Mar del Plata, en el Enero pasado, ya descansando en una cama cómoda en Ramos Mejía, Buenos Aires, me encontré con los noticieros y los periódicos informando a toda hora sobre tres prófugos.

Tres (¿tristes?) tigres que habían saltado la verja que los custodiaba, rumbo al trigal. Estuve un buen rato viendo diferentes canales de TV, luego hablando con mi abuela, luego con mi tío; y reparé en que la palabra “prófugo” –olvidada desde aquel cover de Fabiana Cantilo– había renacido en boca del periodismo para instalarse, definitivamente, en mi abuela y en mi tío.

La policía buscando a los prófugos, imagen habitual en la TV

No fue mucha la sorpresa encontrar la palabra “prófugos” al entablar conversación con el verdulero de la feria, con el camarero de un restaurante y con un librero.

El experimento consistía en hacerles un comentario sobre los hechos, aduciendo a mis años fuera y desinformación, diciendo algo como “Estos tipos, los que se escaparon”, evitando a toda costa la palabra antes mencionada, y escuchando si la utilizaban por propia iniciativa. Funcionó siempre, la palabra estaba viva.

Comencé a recordar entonces otras épocas en Argentina donde se utilizaban otras palabras específicas que cobraron fama, desarrollo y argumento. Sin embargo; algunas parecen pasar de moda y esconderse en un nido de fénix, mientras otras quedan útiles y pasan a formar parte del lenguaje cotidiano.

Aquí algunas:

“Bullying”

“Encono”

“Testaferro”

“Somatizar”

“Plotear”

“Va de suyo”

“Gorila”

¿Recuerdan otras?

VM

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