05 julio 2017

Día 14: Librerías, sándwiches y River vs Boca - Blog de viaje por Argentina

Photo by M. Beckwith
Por la mañana hice una investigación sobre libros que quería comprar en español y traer para leer, salí al rayo del sol hacia el centro de Ramos Mejía y anduve caminando y comiendo alfajores. Allí iba mi listita y yo.

Me percaté sobre la tirada que tienen en Argentina ciertos tipos de libros, que son hoy en día los cuatro pilares que sostienen todas las librerías del país:
1- Libros hechos por periodistas a favor y en contra de cualquier gobierno.
2- Autores de reflexiones sobre fútbol o periodistas deportivos o futbolistas autores.
3- Mercado de las terapias alternativas.
4- Felipe Pigna.

Algunos ejemplos: periodistas Brancatelli, Majul, Lanata, V.H. Morales; los futboleros Valdano, Tomasi, Fontanarrosa; Un curso de milagros, el camino tolteca, sé feliz con..., tú eres tu propio etc. y Felipe Pigna con Belgrano, San Martín, el Quijote, revisionismo histórico, el cabildo, secretos de..., etc.

Si bajo la vista hacia el diario de viaje, veo un garabato: "Hizo mucho calor hoy en Buenos Aires". Justo debajo, en letras torcidas: "¡Malditas quince cuadras!". Lo recuerdo bien. Ida y vuelta desde la casa de mi abuela hasta el centro de Ramos Mejía. Los alfajores emocionan, pero no suelen refrescar la nuca. Acostumbrado al clima de Reino Unido, me asé.

Por la tarde fui a la casa de mis otros abuelos y me encontré con mis primos allí. Mi madre solía contar historias fantásticas sobre los sándwiches que preparaba mi abuelo, así que fue menester inducirle y reaccionó como sólo un experto en la materia pudiera haberlo hecho: “Rápido, vamos a la fiambrería” dijo tomando las llaves del auto.

Era tanto el conocimiento que mi abuelo tenía sobre el tema que no necesitó mirar en la heladera para ver qué producto faltaba, no tuvo que contar el dinero en su bolsillo, no calculó cuántas personas éramos, ni siquiera espió si había algo de pan. Para sus sánguches, mi abuelo ya lo sabía todo.

Aquella noche de “sábado por la noche” jugaban River y Boca un amistoso de verano. Un simple amistoso de verano con buen fútbol, sin ninguna copa ni torneo en juego, sin presiones de resultado, donde los jugadores se sienten libres de practicar las combinaciones artísticas más vistosas y sutiles. Partido adelante, rompieron a patadas hasta que hubo cinco jugadores expulsados.

Ahí recordé que en Argentina hay que hacerse respetar, que no te pasen por encima, que se sienta el rigor, que "pasa pelota o jugador pero nunca los dos", que no existe ni el amistoso ni la amistad, que "vas a ver a la salida" y patriadas por el estilo.

Por suerte, a las doce de la noche fuimos a comprar cervezas y helado, cosa imposible en España y mucho menos en Reino Unido donde huelga la fiesta organizada. La ilegalidad argentina beneficia la amistad que no hay en las canchas. El amistoso sucedía en realidad dentro del taller de mi abuelo, tomando kilos y kilos (¡litros jamás!) de dulce de leche granizado, riéndonos los primos con anécdotas lejanas. Antes de caer rendidos en un colchón por el suelo, vimos el fantástico corto de los Power Rangers de Adi Shankar.

Así fue como el día de las librerías, el solazo, los legendarios sándwiches de mi abuelo, el criminal River vs Boca y el madrugón con mis primos realmente terminó a lo grande. Go go PR.

En el siguiente post les contaré qué libros me traje!

VM

(Niños, no ver. Gracias)


Esta es una entrada de mi BLOG de VIAJE

2 comentarios:

  1. jajajaja...los sánguches de Enriquito eran inolvidables como él mismo, sus sanguches eran su propio reflejo, simples pero generosos, a la vista no decían mucho pero te satisfacía lo de adentro.

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    1. Jaja un abrazo pa, seguiré subiendo las historias de Arg. antes de ir

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