10 octubre 2016

Carta a Marty McFly - 21/10/2015

La realidad te pateará en el estómago, lo sé, nada es como pensabas que sería. Quién sabe en qué otro momento desconocido de tu línea temporal se creó este presente alterno, un poquitín gris y muchísimo más agudo en líneas de corbata y pantalones de oficina.

Eso no quita que el fantástico testimonio de tu aventura desde el pasado pasado hasta este –o mejor aquel– 2015 permanezca entre nosotros, pues verás; no tendremos taxis que vuelan (mas bien al contrario), luces que se encienden solas, ni siquiera un viejo canalla que nos quiera robar un almanaque, pero estamos llenos de bytes, somos dioses de los códecs y podemos poner fotos en Facebook. Algo es algo.

No tenemos poder ninguno sobre la historia, pero somos grandes acomplejados de la información, así que, por favor, no te rías mucho cuando llegues y veas esto, pues podríamos desenvolvernos en gente idiota que odia el pasado (que ya la hay) y censurarte y borrarte de todas esas fotografías por un estúpido arrojo, técnica humana de este tiempo, que hace desaparecer primero para confirmar que no existes después. Justo lo contrario a lo que viviste hace unos días, donde primero hubo un error de existencia en tu propio pasado, y luego casi desapareces para siempre.

Verás que funcionamos, mientras buscas a tu hijo, como imitaciones. Los fanáticos pueden comprar con un gran desembolso toda la indumentaria que estás utilizando en este –aquel– año, pero sin que nada funcione. Las zapatillas no se ajustan, la chaqueta no se seca por sí misma, la tabla voladora no vuela y apenas si el gorro cumplirá su cometido, quién sabe. Éste es un mundo de imitaciones, McFly, tú lo harás con Clint Eastwood y nosotros contigo, pero al menos tú lo haces para salvar tu vida.

No quiero adelantarte, sin embargo, ningún acontecimiento, pues ya sabemos que si conoces tu futuro podrías hacer algo y cambiarlo, y a nosotros se nos cambiarían todas nuestras películas pero no los recuerdos que tenemos de ellas, lo cual sería bastante terrible. Ni se te ocurra comprar Back to the Future II o III, limítate al Sports Almanac 1950-2000 de Grays.

Lo que verán en Hill Valley antes de volver no es el mundo todo, ya lo sabes, hay gente que nunca los ha conocido y que jamás lo hará, personas silencio, tribus a las cuales les robamos aspectos tangibles o culturales para vender coloridas camisetas o atrapasueños, como en la propaganda del cartel indio que verás cuando el Doctor Brown te ayude a viajar al... no quiero adelantarte nada.

Puedo decirte esto: pensar en la cuarta dimensión para enfrentar un cartón pintado será más sencillo que encontrarse directamente... ¿te lo imaginas? con indios –digamos mejor, nativos– de carne y hueso y la caballería rapaz. Que robo cultural perfecto sería comerciar con trajes estúpidos y falsos del Far West, sin escrúpulos históricos, burdamente inventados ¿verdad?

Ten cuidado entonces, Marty, ten mucho cuidado. A ningún viajero en el tiempo le interesan las apropiaciones culturales, pero te puede traer problemas si digamos, por casualidad, viajas al lejano oeste. Así son los tiempos en este 2015, Marty.

No sé cuanto sabes de esto, pero rehúso a pensar que las aventuras terminarán con tu amigo el Doc Brown sentando cabeza, un tipo que inventa el condensador de flujo no se puede detener. Yo me he dado cien golpes en el cráneo y no hubo una sola idea que haya valido la pena, fue todo llanto. Antes de Newton, millones de personas veían a las manzanas cayendo de los árboles y a nadie se le ocurrió inventar la gravedad. Los verdaderos genios son inquietos y accidentados.

Aunque, ciertamente, no hemos tenido muchas noticias de nuevos inventos o correrías del Doc y me parece que alguien está ocultando información: lo primero que no entiendo es quién filmaba las películas mientras ustedes vivían las aventuras. Luego, sospecho que en un momento fuera de set han ido más al futuro y, habiendo visto la repercusión mediática del fracaso de Back to the Future IV, comprendieron que ya era demasiado, avisaron a Spielberg, y el proyecto se canceló. Por eso no hay cuarta película, hubo un viaje en el tiempo fuera de los rodajes y todos callan en un silencio cómplice.

Tal vez comprendieron allí que no había forma de cambiar el 2015, o que cualquier 2015 es alterno y dependiente. Quién demonios sabrá dónde las cosas se desvirtuaron. Biff Tannen debe haberse quedado con alguna página del almanaque, o es un ser especial que recuerda su futuro alterno, tal vez es un viajero con otro DeLorean (en un momento temporal hay como cuatro), no lo sé. Ha tardado 32 años más en intentar dominar la actualidad pero esta vez bajo el manto político; Biff puede convertirse en el Presidente de los Estados Unidos. Siempre con una gran fortuna, ha sido hábil, por eso sospecho que recuerda todo y que tiene una máquina del tiempo.

Agradezco que hayan dejado en esta realidad, tal vez alterna, las tres películas con sus primeras aventuras y su amistad de acero. Nosotros aprenderemos de ello, a pesar que se les archive como entretenimiento. Aquí, el entretenimiento está sobrevalorado.


Si todo sale mal, si veneramos a los Tannen del presente, si las tablas comienzan a volar pero a aquellas personas de silencio se las traga la tierra, si el encuentro con un alienígena consejero no nos cambia la vida y una paradoja comienza a destruir el universo –o solamente la Vía Láctea–, siempre podremos saber que en algún lugar y tiempo previo, antes de olvidar desde dónde nos han caído los rayos, antes pero mucho antes de verdad, existen dos personas que nos pueden dar una mano.

Esta vez, querido Marty, a donde sea que estemos yendo necesitaremos caminos.

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