02 julio 2017

Día 8: Conocidos por conocer, primos y amigos - Blog de viaje por Argentina

Esta es una entrada de mi BLOG de VIAJE

El día siguiente a la diarrea había que continuar la marcha. Partimos hacia Monte Grande para encontrarnos con unos primos segundos lejanos. Luego de aquella reunión de mediodía, llegó la tardecita en buena hora para arribar a Cañuelas, sede de operaciones de mi grupo de amistades.

Hoy, que tengo la chance y hasta la obligación de sentarme a reflexionar, me doy cuenta de que algo que jamás supuse que sucedería, de hecho, sucedió con creces: mis primos segundos lejanos se convirtieron en mis amigos y mis amigos en primos segundos cercanos.

Extraños son los avatares de la vida, sobre todo de la vida arrancada de cuajo, mientras el muchacho imberbe se convierte en otro. Me tocó adaptarme a esta transformación, supongo que se la reclamé a la vida, y contento recuerdo haber estado al pronunciarme ciudadano del mundo. Pero mucho cuidado. Hay toda una sombra incesante esperando por los ligeros de ropa al llegar el otoño, y a todos nos coarta. Este lado oscuro es, justamente, el lado del regreso al lugar original tamizado por el paño del tiempo.

El tiempo que pasa, que sucede, que se marcha siempre. A muchos se les va la vida en el trabajo, en los horarios, en doctrinas, en los demás o en las cosas. A mí se me irá en una búsqueda. Una búsqueda de un no se qué sin final y sin retorno. No hay vueltas atrás. El tiempo pasa, sucede, se marcha, siempre.

Los años hicieron que compartiera momentos únicos con mis primos segundos lejanos, en aquella época causal que vivimos en Málaga. Corrimos por la playa, hicimos radio, fuimos fanáticos, entre tonteras conocimos el amor que rompe el alma, el amor de verdad. Así hacen los amigos.

También el tiempo voraz fue ubicando en plataformas paralelas las anécdotas adolescentes de la escuela secundaria, que fueron la época gloriosa de aquel muchacho imberbe y de una tribu de exegetas del sistema, pero no el ápice de quien escribe hoy en día. Tal vez porque no exista ápice alguno. Entonces sucedió lo inevitable: los amigos de mi vida se convirtieron en viejos compañeros de aventuras, a los que recuerdo con tanto cariño que prefiero no tocar la memoria. Primos segundos cercanos, en la realidad. Primos conocidos.

Soy honesto. A veces la honestidad es una porquería. Hay personas que prefieren que les mientan para encontrarse felices. Yo no tengo preferencia, pero confío en que la vida me está llevando al lugar propicio. O al tiempo justo.

Marcharé con mochila ligera. Adelante van mis pasos. En mis manos un farol.
Amigos, hermanos, familia, compañeros de escuela, primos lejanos y cercanos.

VM

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